
Existen dos tipos de lenguaje. La palabra humana y el lenguaje del cielo. La escala de voz se extiende sobre la base de ambas y permite al actor que las recita penetrar en el corazón del fiel oyente. Escribo para perpetuar, para formar en el mar del recuerdo, rodeado de arrecifes que adornan este inmenso valle coralino, el pecio que por siglos, verá reflejado en quién, con curiosidad ardiente desee con fervor observaros para añadir, a través de ese espectáculo oceánico,
el tributo que sin lugar a duda os merecéis por los siglos.
Querido y dulce Manuel. Querido compañero. Sin embargo, a pesar de toda esta seducción escrita en tu nombre, a pesar de todas las palabras esculpidas, a pesar de todos los esfuerzos por hacer, tengo la sensación de que todo se va a interpretar como un suspiro. Como algo que nace y muere en el instante mismo de su creación.